jueves, 20 de noviembre de 2008

SOLAMENTE PELOTUDO

No digo malas palabras. Pero no se trata de un síntoma de buena educación. No. No las digo porque soy cobarde. Tal vez no coincidan conmigo en creer que decir “puta carajo” requiera de valentía. De valentía y de un tipo particular de personalidad. Yo tengo el coraje del tamaño de un: "andate a la miércoles", "la pucha digo", "pedazo de tarado", "a la conferencia", "qué hijo de mil", "la punta del obelisco", "la re mil puchas".
A algunas personas decir malas palabras les queda bien, y a otras, sencillamente no. Como los pantalones de tiro alto. Convengamos que no todo el mundo puede pasearse por la vida con un par de botas de charol, un turbante, un traje color salmón o un chambergo. De la misma manera, decir malas palabras, tampoco es para cualquiera. Detrás del puteador debe existir una personalidad contundente, espesa y auténtica.
Mi personalidad se alía más con palabras como guacho, papafrita, mongui, tarado, chanta, gil. La más subida de tono de mi repertorio es: enfermo. Hay que tener agallas para decir "bólido" en una pizzería entre un grupo de amigos fans de los Red Hot Chili Peppers o de Metálica. En mi opinión el inexperto, el auténtico de mentira, que con una personalidad de morondanga sale a decir malas palabras haciéndose el vivaracho, es un invento. Un mequetrefe insolente. Patético y gris. Gris clarito. Un usurpador de estilos. Un imitador de cuarta de Luis Miguel y el Paz Martínez. Y a mí la falta de autenticidad me aterra. Me indigna. Me paraliza, me hace castañetear los dientes y erizar los pelos de la nuca. Tal vez eso explique por qué, la única mala palabra con la que me identifico y, por tal motivo, me atreva a pronunciar sea: Pelotudo.
Pelotudo me hace bien. Me va, me pega, me refleja. Es como una explosión en la boca que me hace cosquillas. Pelotudo tiene burbujas, es simpática, disparatada, efervescente.

Bonus Track

Variantes de pelotudo que practico:

Qué pelotudo
Pedazo de pelotudo
Más pelotudo que las palomas
Pelotudo, pelotudo, enfermo, pelotudo, pelotudo

Si. Como una ametralladora desbocada. Esta última secuencia la utilizo cuando manejo en la panamericana a 140, por ejemplo, y un BMW negro con vidrios polarizados negros y un conductor con anteojos negros y enfundado en pantalones y remera negra, se ubica a 15 centímetros de mi auto y pretende pulverizarme con sus luces de plutonio incandescente para convencerme de que cambie de carril, cosa que no era necesario hacer con semejante actitud de boina verde. Esto lo sabe hasta un pelotudo de miércoles.

2 comentarios:

Casaviva dijo...

Buenísimo el blog y, para contribuir con el concepto de esta nota,cito al filósofo hispano-argento Hectórius Alterius cuando dijo "¡¡¡La puta que vale la pena estar vivo!!!".

Abrazo!!!

Clemencia González Silveyra dijo...

Siiiiiiiiiiiiiiiii! cada cual con su mala palabrita!!!

abrazo grande, mi Paulita!